1- ¿Qué es la captación de demanda?
La captación de demanda implica identificar el interés existente de los clientes en un producto o servicio en específico, generalmente utilizando estrategias para atraer a compradores potenciales que ya se encuentran en el mercado.
Podríamos definir también la captación de demanda como el proceso de convertir la demanda generada en ventas o leads. A diferencia de la generación de demanda, la captura de demanda se enfoca en prospectos que son conscientes de su problema y están esperando a que les brindemos una solución.
Las empresas utilizan la captación de demanda para identificar oportunidades a través de investigaciones de mercado, análisis de tendencias de búsqueda, redes sociales y seguimiento de las actividades de la competencia.
Aunque la generación de demanda se basa en crear interés y conciencia por un producto, la captación de demanda se basa en dirigirse a aquellos que ya están interesados o necesitan el producto y convertirlos en clientes potenciales.
Los objetivos de la captura de demanda se basan en convertir prospectos de alta intención, optimizar las tasas de conversión y maximizar el retorno de inversión (ROI) en el gasto de marketing.
Capturar demanda es crucial porque capitaliza la demanda generada. Esto permite convertir a los prospectos que están buscando tu solución, donde el resultado sería una mayor tasa de conversión, mayor eficiencia de marketing y aumento del ROI.
Para medir el éxito de la captación de demanda, hay que seguir indicadores clave como tasas de conversión, tasa de creación de oportunidades, valor del pipeline, leads calificados para ventas (SQLs), costo de adquisición de clientes (CAC) y retorno de inversión (ROI).
2- Estrategias de captación de demanda
Las estrategias basadas en la captación de demanda se centran en guiar a los clientes potenciales desde el embudo de ventas hasta la conversión.
Publicidad dirigida o retargeting: implica dirigir anuncios a prospectos que han visitado previamente tu sitio web o interactuado con tu marca en redes sociales o cualquier otro canal digital, pero que no se han convertido. Utiliza anuncios pagados a través de diversas plataformas para volver a involucrar a estos clientes potenciales.
Optimización de motores de búsqueda: se enfoca en mejorar la visibilidad y la relevancia de una página web o contenido en los resultados de los motores de búsqueda. Esta estrategia permite atraer a usuarios que ya están buscando activamente soluciones o información relacionada con lo que una empresa ofrece, lo que aumenta las probabilidades de captar su demanda en el momento adecuado.
Marketing de contenidos: se enfoca en atraer prospectos que ya han identificado su problema y están buscando soluciones mediante contenido educativo, por lo que debemos ofrecerles contenido valioso y relevante, y convertir ese interés en una acción de compra. Al educar y proporcionar valor en cada etapa del viaje del cliente, facilitamos la conversión de los prospectos a compradores.
Optimización de la tasa de conversión: se enfoca en mejorar el porcentaje de visitantes del sitio web o de usuarios que realizan una acción deseada, como completar una compra, suscribirse a un boletín o llenar un formulario de contacto. En otras palabras, el objetivo de la optimización de la tasa de conversión es convertir el tráfico generado en acciones valiosas para el negocio.