Cómo crear la identidad visual de tu marca

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Karim
Growth Marketing Manager

Una potente identidad visual de marca puede ser decisiva a la hora de posicionarte frente a tu competencia. Por ello, hay que ser cuidadoso al construirla. 

Si nombro Netflix o McDonald’s, seguro que llegan a tu cabeza colores como el rojo o el amarillo, formas concretas o incluso fuentes. Sin embargo, a continuación descubrirás que esto va más allá de simplemente eso. Va de, por ejemplo, transmitir valores, inspirar confianza e incluso de acabar suponiendo un ahorro para la empresa. Sigue leyendo y no pierdas detalle. 

¿Qué es la identidad visual de una marca y cuáles son sus beneficios?

La identidad visual de una marca es la conjunción de elementos gráficos y visuales que la definen. Hablamos de tipografías, colores, formas, etc. Por supuesto, todo debe estar alineado con el mensaje que nuestra marca pretende transmitir.

Los beneficios de crear una identidad visual están estrechamente ligados con el desarrollo de una estrategia a largo plazo. A través de ella, conseguiremos potenciar la reputación de nuestra marca en los siguientes 4 planos:

Conocimiento: al conseguir hacer que la marca, y sus productos o servicios sean reconocibles y difíciles de olvidar.

Confianza: una identidad visual fuerte genera confianza en los consumidores. 

Posicionamiento: controlar tu identidad te permite responder de manera rápida y efectiva a los cambios del mercado. 

Ahorro: al tener una identidad definida, se ahorrará tiempo y recursos en todos los diseños.

Fases de creación de la identidad visual

A continuación vamos a ver las 5 fases de creación de la identidad visual de una marca y en qué consiste cada una de ellas:

Fase 1: Conceptualización

Esta fase está enfocada a la definición de valores y atributos de la marca. Una vez conocidos los objetivos específicos de la empresa, se definirán los retos de comunicación a los que nos enfrentaremos. De esta forma, se definirán a su vez los valores y atributos principales de la marca teniendo en cuenta las siguientes tres cosas: 

  1. Los distintos públicos a los que debemos dirigirnos.
  2. El contexto actual del sector.
  3. La propuesta de valor diferencial de los productos o servicios.

Respecto a la definición de objetivos de la que hablábamos al principio de esta fase, te recomendamos leer nuestro post sobre los objetivos SMART. Seguro que te resulta muy interesante y útil para cualquier proyecto que tengas en mente.

Fase 2: Naming

El proceso de naming consiste en elegir un nombre adecuado, atractivo y de gran reconocimiento para la marca o producto. Previamente, conviene hacer tanto un estudio de mercado como de la competencia.

Tras la elección del naming y para poder profundizar en la idea corporativa, hay que comprobar que no esté ya registrado ni en Internet ni en la oficina española de patentes y marcas. 

Fase 3: Desarrollo de propuesta gráfica

Teniendo en cuenta las conclusiones extraídas de la primera fase, resulta beneficioso buscar referencias visuales inspiradoras. Esto nos puede ayudar mucho para vislumbrar el camino a seguir y finalmente, acabar decantándonos por la línea gráfica y el estilo que tendrá nuestra identidad.

Fase 4: Manual de marca

Una vez definida la identidad visual “base”, deberemos desarrollar un manual de identidad corporativa que servirá para definir los usos correctos e incorrectos de la marca.

Este manual  facilitará un uso coherente de los elementos corporativos en distintos soportes y acabará favoreciendo el recuerdo de la marca, así como el ahorro de tiempo y recursos en trabajos de diseño. 

Fase 5: Activación de marca

 Además de por lo referente al logotipo y colores corporativos, el branding está presente en toda la cadena de valor de una empresa. Esta quinta y última fase consiste en la activación de los conceptos que habíamos definido como objetivo en la fase 1 del proyecto. Además, es importante destacar que debe implementarse en todos nuestros puntos de contacto y para todas nuestras audiencias.

Nuestra filosofía de marca, estrategia y espíritu se volverán cada vez más consistentes a lo largo del tiempo, volviéndonos universales y reconocibles. Por eso, volcaremos la estrategia en: 

  • Una identidad visual.
  • Una identidad verbal (el modo en el que una marca se comunica con las audiencias).
  • Una identidad casi psicológica: haremos representantes de marca a nuestros propios empleados, revisando y proponiendo cambios en las políticas de recursos humanos y atención al cliente.
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Como habrás podido comprobar, la identidad visual de una marca es un elemento clave para conseguir el éxito. Por ello, conviene dedicar el tiempo necesario a su estudio y construcción. ¡Consigue que tu marca deje huella!

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